Asociado al término «cultura» se vincula un nutrido número de definiciones de todo tipo que se han ido generando a lo largo de la historia y desde múltiples disciplinas, definiciones que se agrupan en dos concepciones básicas: la humanista (que considera la cultura como aquello que hace referencia a todo tipo de producciones culturales, como la escritura, la música, las artes visuales o las escénicas) y la concepción antropológica (que entendería la cultura como toda manifestación humana, producto de una forma determinada de vivir, sentir y obrar). Actualmente, estas dos concepciones básicas, y sus múltiples variantes y derivaciones, conviven a diario en las discusiones teóricas y prácticas de todo tipo, y generan no pocas confusiones, controversias y conflictos que operan en los planes estratégicos de la cultura, los programas de ayudas y subvenciones de los estados, los planes de actividades de los centros culturales o de las instituciones artísticas, los festivales de cualquier tip...